Silence can destroy, get up & raise your voice ♪

sábado, octubre 12, 2013

Querido amigo:

Tenga ganas de hablar y decirte lo bohemios que eramos en ese entonces. Quizás discutiriamos toda la noche porque estoy segura que irias por el lado en contra. Pero esos son momentos que podría recordar como si los reviviera aunque no hayan pasado pero recuerdo haber discutido lo bastante como para saber. Las discuciones que terminaban en risas escandalosas y luego, silencios oportunos. Puedo decir que esos fueron momentos infinitos. Ahora sé como llamarlos. Juro que lo eran y que recién ahora encuentro un adjetivo que pueda usar. Lo saqué de un libro y pensé en vos, en mí, en muchas cosas como siempre. No fui a ningún lado oscuro de los recuerdos pero sentí una tristeza bastante melancólica.
                                                   No soy Charlie ni vos sos nadie más que vos. Sin embargo te encuentro y me encuentro más a mí. Es una sensación bastante rara encontrarnos en lugares donde nunca estuvimos. Y a la ves, por otro lado, es loco sentir tantas ganas de escribirte como si existieras. Exististe, si. Y realmente no me importa ni siento nada más que ganas de escribirte.
Eramos crudos y sinceros con la realidad aunque viviamos en una nube. Sigo viviendo en una nube y a parte de escribirte del antes, del libro, de porque llegué a la sensación de recrearte me gustaria escribirte también del tiempo que pasó mientras no exististe del todo.
En pocas palabras, cambió como todo cambia.
Y en otras pocas, estoy bien y confundida con muchas cosas como siempre.
Pero no quiero escribirte tampoco del ahora, creo que comenzé por ahí porque quería decirte todo lo que ya no puedo y tampoco puedo decircelo a alguien más porque a la gente le resulta trágico todo. Como si no supieran que la vida es parte de eso. O en realidad, al revés, la tragedia es gran parte de la vida.Es como si todo el tiempo quisieran negar esa parte.
La verdad es que descubrí que, quise hacer lo mismo.  Y en realidad, la verdad es que olvide y hoy recordé el día en que me dijiste que nosotros dos no eramos exactamente dos puntos iguales a los que eran los otros. (Estoy casi segura que ninguno es igual) pero ambos nos quedamos pensando que era un buen descubrimiento.
Creo que perdí las ganas de ser un punto desigual por un momento.
Y en realidad, realmente, creo que no sé mostrar a la gente que un punto puede ser mucho más bueno si es único.
Y verdaderamente, creo que me niego a ser un punto últimamente.
Y temo, mucho, que no sé serlo.
Sin embargo amo sentarme a ser lo que sea que soy y a veces, como noches estupidas lo odio. No sé porque pienso y luego siento. Y luego extraño y a veces, exploto.
Solo adoro esos momentos en que en realidad no importa y soy 'infinita'.
Y te recuerdo a vos y me recuerdo a mí riendo a carcajadas sin poder parar.
Y nada da mas vueltas. Y todo para, se serena y existe.

El mundo es un redondel de todo esto: con personas nuevas y vos, el único que me importa que ya no esté. (suena trágico no?) Y deseo con toda mi fuerza de voluntad, si, mi fuerza de voluntad. No caerme en ningún instante. Ni tampoco, pararme a pensar demasiado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi juego de insensatez.-


Tokio Hotel, your music is my drug..♥