Camino a pasos agigantados, como si esperara llegar a algún lugar cuando no es asi. El viento en mi cara me hela las lagrimas que van callendo, una a una lentamente. Tras un abrigo azul se siento aún fresco, no importa. ella quiere llegar a algún lugar cuando busca, un lugar donde sentir que todo está bien.
 si tan sólo alguien pudiera explicarle que escapando en noches como esas alguien puede lastimarla, que los cigarrillos que ella fuma no sirven más para tranquilizarla más. A ella no le importa, suelta el pelo tras la gorra, sube a un autobus. Impotente siente la mirada ajena en si, no importa.
No mira a ninguna parte, ni a la ventana ni al suelo ni a las personas que se paran a mirarla como si nada estubiera bien en ella, en eso. La gente parpadea sobre uno creyendo que asi podrian ayudar a  uno sentrise mejor o, quizá sólo para hacerle sentir a uno peor. no sé le cruza por la cabeza nada de eso, ella está cargada de lagrimas que intentan salir, arruga la manga de su campera y con el puño, impide el paso de esas lagrimas con fuerza. No importa.
 Se siente perdida y quizá literalmente asi es, ella está perdida en una calle sin fin, rodeada de personas que simulan una vida perfecta, que corren a sus casas y de sus casas a un lugar y, que se sienten bien con la monotonía de los dias. Que se toman las noches y la vida, pensando que todo esta bien. No importa.
 Porque si ella pudiese deshacerse del dolor como de las lagrimas lo haría. Si ella pudiese deshacerse del hueco dentro como se deshace un cigarrillo tras otro en sus manos. Como acaban las horas, como se acaba la noche para dar con otra dia e impactar cada mañana con lo mismo o otra cosa, lo haria.
Como mojan las gotas sobre su cara cuando baja, van confundiendose lagrimas negras pintadas con el rimel, no importa. Las gotas, las lagrimas, sus botas, el cielo.. Caen, se deshacen, acaban por no ser lo mismo que al principio. Cambia.

Sus manos firmes llegaron a ser puños cerrados, el frio o la desesperación. La perdida de control, las heridas, el miedo. No importa el qué, sus puños estan cerrados.
 A ninguna parte, en ningun lugar se sentiria como en casa, en ningun otro lugar dejaría de sangrar. Nada, nada importa. La soledad se sentia antes de que ella estuviese ahi, el suelo empapado brilla con la luz de los faroles en esa noche, su aliento desenfrenado se confunden con sollozos. Su cabello se pelea con el viento en una carrera de no sé donde llegaré, no importa.
No importa porqué a ella no le importa más.
No importa si estoy aqui o si estoy allá.
No importa si me matan. que importa si me muero.
Lejos de la cuidad,  nadie dijo que ella era fácil de manejar. Quizá lo era, demasiado. quizá se harto de ser ese papel, no es paroposito.
con su pañuelo en el cuello y su cabello alborotado negro, no está buscando atención. una sonrisa, un te quiero, una aprobación.
Al otro lado de la cuidad, no sabe a donde va, no sabe que quiere, no sabe porqué no puede acabar. Porqué siente, porque odia. Porqué en ese odio siempre se afecta solo ella, se concentra en ella y explota en ella. porque se odia, porque siente que hace todo, todo mal. ella no sabe que al otro lado de la cuidad, se está buscando a ella misma en la calle de la desesperación. Y no es un simple capricho, nadie dijo que ella quisiera ser esa chica facil a la que todo pasa por encima. Nadie tampoco dijo que ella quisiera pasar por encima al puto mundo.
Pero sentandose en una esquina, poca luz, mucha tranquilidad externa maldice en palabras lo que ya he dicho. Pero a quién podria interesarle lo que yo diga, a quien deberia interesarle lo que ellos dicen?
Cuando era una chica estaba encadenada al sielncio, hoy sólo quiere gritar.