Me desperté con tus ojos encima, el sol recién asomandose y la guitarra en un costado de la cama. Tus manos intentaron acariciar mis pestañas, cerre los ojos y me besaste fuerte la nariz. Un beso en la nariz. Un beso en la nariz significa tanto como un beso en la frente, tanto más que un beso en el cuello. No encontre lugar para esconderme, esconder mi cuerpo de tus labios frios ni de tus manos fuertes. No quise, aunque pude, huirte en ese entonces. Siempre huyo, pensé, quizás después. Siempre después, siempre hay un después no hay más, pensé. Me besaste fuerte y lo olvide. Me besaste todas las dudas, las dejé para después. Me besaste entera y lo olvidé.
Y después, volvió.
Y después, volvió.