Todo va a parar a una zanja, a un pozo, al vacío, al adiós, al 'basta', al final, todo para. Nosotros mismos no sabemos donde iremos a parar. Existira la cotidianeidad en los lugares? Existe en las personas, aburridas nos aferramos al dia a dia en el que, quizá, no pensamos que los días son todos desiguales y alternados. Transeúnte del destino.
El destino como rumbo e ideal para manejarnos a su antojo, creemos en eso? No. Ya no, cuando pertenecemos a la gente que personalmente se lleva mal con este, no.
Creemos cuando nos conviene, porque en realidad es como la suerte, sin manojo nuestro, con manojo de este para nosotros y no, no es así. Donde iremos a parar?
La respuesta es absolutamente inexistente de cualquier forma, pregunteselo a quién se lo pregunte, a la persona más anciana que conozco. ¿Donde? '¿Donde fuiste a parar? ¿Como hiciste? si lo hiciste bien.
Dame tu lugar, me aferro a tu lugar y me quedo ahí, con todos los abrigos puestos.
La cama, el perro, el sol, la gente, si querés llevate tu bastón, tus penas, llevatelas.'
Seremos convenidos. Pactando a nuestro antojo, en que creer o no, parandonos y acomodando las almohadas donde sea que estemos bien. ¿Como bien?
Que pelotudos somos. Conformistas por ahí.
Todo acaba, todo es un instante estrecho. El destino, cuando creemos en él, no cree en nosotros y nos mueve el mundo.
¿A donde iremos a parar?
Pararemos en algún lado, la vida da demasiadas vueltas pero pararemos en algún lado. Todo para, menos el tiempo.
El destino como rumbo e ideal para manejarnos a su antojo, creemos en eso? No. Ya no, cuando pertenecemos a la gente que personalmente se lleva mal con este, no.
Creemos cuando nos conviene, porque en realidad es como la suerte, sin manojo nuestro, con manojo de este para nosotros y no, no es así. Donde iremos a parar?
La respuesta es absolutamente inexistente de cualquier forma, pregunteselo a quién se lo pregunte, a la persona más anciana que conozco. ¿Donde? '¿Donde fuiste a parar? ¿Como hiciste? si lo hiciste bien.
Dame tu lugar, me aferro a tu lugar y me quedo ahí, con todos los abrigos puestos.
La cama, el perro, el sol, la gente, si querés llevate tu bastón, tus penas, llevatelas.'
Seremos convenidos. Pactando a nuestro antojo, en que creer o no, parandonos y acomodando las almohadas donde sea que estemos bien. ¿Como bien?
Que pelotudos somos. Conformistas por ahí.
Todo acaba, todo es un instante estrecho. El destino, cuando creemos en él, no cree en nosotros y nos mueve el mundo.
¿A donde iremos a parar?
Pararemos en algún lado, la vida da demasiadas vueltas pero pararemos en algún lado. Todo para, menos el tiempo.